Los autorretratos, sobre todo si no son realistas, nos proporcionan mucha información sobre cómo se ve y se pinta a sí mismo el artista y, por extensión, sobre su manera de observar el mundo y enfocar la vida.
Hay infinitas maneras de dibujar una cara, de igual forma que hay infinitos enfoques con los que observar el mundo y vivir la vida, muchos más aún que personas existen, porque los humanos cambiamos continuamente de opinión, de situación, de estado de ánimo.
No me puedo limitar a una foto, a un retrato, tengo tantas caras como ideas cruzan mi mente a cada fracción de segundo.
De la sección del Centro Pompidou de Málaga titulada Autorretratos, cinco formas de verse, de dibujarse y de pintarse de entre las infinitas posibilidades que hay:
Los ojos grandes y las caras redondas y coloridas de Marc Chagall:
Colores y trazos atípicos en el rostro de Raoul Dufy:
El retrato completamente libre de Bram Van Belde, prácticamente abstracto excepto por algunos mínimos detalles:
El realismo del rostro de Frida Kahlo, matizado por lo naif del decorado floral:
Y por último el rostro deforme y probablemente atormentado de Francis Bacon:
Para saber más: