Después de leer Inmigrantes de Shaun Tan me quedé con ganas de ver hasta donde podía llegar el genio narrativo de este maestro de la ilustración, la novela gráfica… como se quiera llamar. Porque Inmigrantes es una obra Shaun Tan despliega todo su potencial como narrador visual, creando una historia sin palabras, con el único apoyo de sus magníficas ilustraciones.

Pues bien, por si me habían quedado dudas sobre la capacidad de Shaun Tan de narrar también con palabras, ahora me he encontrado con estos Cuentos de la periferia, en los que unas pocas ilustraciones dan lugar a excelentes narraciones verbales. Y sus palabras están a la altura de sus dibujos, no cabe duda.

Como ejemplo de uno de estos estupendos relatos cortos tenemos La expedición, en la que dos hermanos atraviesan la ciudad para comprobar por qué el plano de esta termina bruscamente en una calle, con una sorprendente imagen final a doble página:

En algunos de estos cuentos me entra la duda o la curiosidad de qué fue primero en la mente de Tan: las imágenes o las palabras. Es decir, si escribe una historia a partir de uno de esos extraños dibujos suyos, o si primero inventa la historia y luego la ilustra. Tengo la sensación de que es más lo primero que lo segundo, pero en cualquier caso no dejan de ser historias muy bonitas, enigmáticas y originales que te dejan pensando.

Aunque en todos estos cuentos el texto va separado de las imágenes, el libro también incluye una obra maestra de integración de imágenes y palabras, Una lluvia lejana:

Se hace difícil encontrar artistas que dominen simultáneamente los dos lenguajes, el visual y el lingüístico; la mayor parte de las obras ilustradas son obra de dos cabezas. Y cuando palabras e imágenes salen de una única mente creadora, el resultado es simplemente espectacular.